MISIÓN QUILINO (Prelatura de Deán Funes - Provincia de Córdoba – Argentina) — Español

Cambiar a contenido. | Saltar a navegación

Herramientas Personales

MISIÓN QUILINO (Prelatura de Deán Funes - Provincia de Córdoba – Argentina)

22 al 29 de enero 2023

La Congregación de los Oblatos junto a las Hermanas Franciscanas Misioneras de Nuestra Señora (Hna. María Isabel Cancián y Hna. Mávila Nascimento), a las Hermanas Ursulinas y a los jóvenes de la Pastoral Juvenil de la Parroquia Ntra. Sra. del Valle Quilino en misión, juntos, en la zona rural de la Parroquia.

Lugares de misión: Los Cadillos, Isla de San Antonio, El Tuscal, Agua Hedionda, San José de las Salinas, Lucio V Mansilla

Nuestras Hermanas nos comparten su experiencia:

Hna. María Isabel Cancián: “El lugar donde me tocó misionar con siete jóvenes y un sacerdote se llamaba San José de las Salinas, lugar muy tranquilo y con familias muy sufridas pero que siguen con deseos de crecer en la fe. La capilla del lugar se encuentra hace varios años cerrada por peligro de derrumbe a causa de un terremoto. Los encuentros y misas se hacían en un salón comunitario. Por la mañana visitábamos familias y se las invitaba para la tarde que se reunían a los niños y adolescentes y luego se terminaba con la Eucaristía en la que participaban también los papás.”

Hna. Mávila Nascimento: “Junto a un Diácono y 11 jóvenes, visitamos, en El Tuscal, a las familias, a los enfermos, compartimos encuentros con los niños y los jóvenes, juegos y actividades deportivas, celebraciones, adoración al Santísimo Sacramento, procesión penitencial al cementerio del lugar… Fueron momentos muy ricos de comunión en los que mutuamente nos enriquecimos en la vivencia de la Buena Noticia”

Los lugares que fueron visitados eran carentes de servicio de luz eléctrica y de agua, el clima muy caluroso hacía de cada jornada un desafío para sostenernos y acompañar esta realidad tan dura para la gente del lugar. Experiencia fuerte en la que palpamos la pobreza y la falta de lo esencial para una vida digna. Pueblos de una fe grande, receptivos a la presencia de los misioneros, ansiosos de vivir la espiritualidad… sus testimonios nos enriquecieron y nutrieron nuestra fe.

Al despedirnos nos pidieron que no nos olvidemos de ellos… nos esperan nuevamente para seguir compartiendo la Vida.

  

Damos gracias a Dios por tanto Bien y tanto Amor compartido y celebrado con el grupo misionero y durante los días de misión.