Un tiempo de gracia - Madagascar

Damos gracias a Dios por todas las maravillas que nos concede cada día y por los jóvenes que nos da.

JUBILEO DE 25 AÑOS DE VIDA RELIGIOSA

• Hermana Noeline: «Cante mi boca al Señor y alabe su santísimo nombre para siempre». Sal 145,21. A lo largo de estos años, la gracia de Dios me ha acompañado y sostenido. La vida siempre está llena de pruebas, pero el Señor siempre está presente en nuestros caminos: la vida religiosa es un misterio pascual; Debemos pasar por el Viernes Santo para vivir la Pascua con Cristo. Me encanta cantar, y también me ha ayudado a perseverar en la vida religiosa.
• Hermana Juliette: «Dios es amor» (1 Juan 4:8b). Fui criada cristiana desde pequeña, y esto despertó en mí el deseo de dedicarme al Señor. Durante 25 años en la Congregación, he intentado vivir esta Palabra de Dios que he elegido. En mi camino, siento en mi interior que el amor del Señor me da vida y fuerza para cumplir mi misión.
• Hermana Emma: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, porque ha hecho maravillas en mí» (Lucas 1:46-49). El Cántico de la Virgen María me ha ayudado en mi misión durante estos 25 años. Para mí, quienes obedecen y saben obedecer nunca se equivocan. La Virgen María ocupa un lugar especial en mi vida; a veces incluso me llaman Nuestra Señora del Camino.

PROFESIÓN PERPETUA

• Hermana Georgette: «Porque sé en quién he puesto mi confianza» (2 Timoteo 1:12b). Esta palabra me ayuda en mi camino; me da fuerza. Sé que el Señor camina conmigo pase lo que pase. Estoy dispuesta a entregarme totalmente al Señor, a dedicarle mi vida en el Instituto. Agradezco al Señor todas las gracias que me ha concedido y agradezco a todas las hermanas que me han ayudado en mi camino. ¡Gracias, hermanas!

INGRESO AL NOVICIADO Y POSTULADO

• Tres jóvenes postulantes han entrado al noviciado. Están muy entusiasmadas por avanzar en la vida religiosa comenzando el noviciado en nuestro Instituto, y tres jóvenes aspirantes han entrado al postulantado. Confían en el Señor y cuentan con su gracia para responder a su llamado, siguiendo el ejemplo de San Francisco de Asís y la Virgen María, que dijo SÍ.

La Región de Nuestra Señora del Monte Carmelo avanza gradualmente por un camino de esperanza.